jueves, 11 de junio de 2020

Eira



En primer lugar,voy a hablar sobre la persona con la que me tocó sentarme, su nombre es Santiago, un señor muy simpático al cual le cogí mucho cariño. Siempre que se dirigía a mí, usaba la palabra “Moza”, algo que me hacía mucha gracia.

Mientras hacíamos ovillos de lana, de vez en cuando me contaba cosas sobre sus nietos. Me acuerdo que una vez que lo visitaron, su nieto cogió  su bastón e imitó su forma de andar con él. También recuerdo que me reí  mucho al escucharle y que él también, y me hizo muy feliz que recordara momentos con sus seres queridos.

Debo admitir que solo me acuerdo de su nombre, puede que fuera porque fue con el que más hablé, o por que soy malísima recordando nombres. También me acuerdo de una señora, que a veces se enfadaba porque no le salía el ovillo, hasta que nosotros la animamos y consiguió hacerlo.

En general todas las personas que allí conocimos fueron muy simpáticos con nosotros, y alguna que otra de sus historias sobre su pasado me llegó al corazón. Son personas muy fuertes. Muchas de ellas se enfrentaron cara a cara con la guerra y supieron salir adelante.

La verdad es que me encantaría volver, si dios quiere, cuando todo esto pase. De hecho me fastidió  mucho el no poder ir por causa del COVID-19, pero bueno, lo entendí ya que es mucho más importante su salud y bienestar.

Esto me hizo pensar lo mucho que agradezco que ninguno de mis seres queridos al día de hoy  tenga Alzheimer, pero igualmente si lo llegaran a tener, aunque no se acordaran de mí, los seguiría queriendo y les ayudaría en lo que pudiese. 


                           Eira Merchán Palencia
PMAR II

1 comentario:

  1. Orgullosa de tu empatía y tú sensibilidad hija,hagas lo que hagas espero que puedas regalarla a otras personas siempre .😘 Aunque ellos algún día se olviden de su nombre nosotros jamás nos olvidaremos de de todo lo que esa generación ha hecho para que ahora podamos disfrutar de libertad y bienestar.

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